Botín, el restaurante más antiguo del mundo

“Comimos cochinillo y bebimos Rioja Alta. Brett no comió gran cosa. Yo me di un atracón y me bebí tres botellas”, así relataba Ernest Hemingway en el libro Fiesta la experiencia de su alter ego, Jake, en el restaurante Botín de Madrid, “uno de los mejores restaurantes del mundo”, escribía en su libro el autor estadounidense.

El premio Nobel de literatura no fue el único que incluyó al restaurante más antiguo del mundo en una obra literaria. Benito Pérez Galdós, Ramón Gómez de la Serna, Graham Greene, James A. Michener, entre otros, llevaron a comer a algunos de sus personajes a este restaurante madrileño, que abrió sus puertas en 1725. No obstante, la amistad de Hemingway con Emilio González, propietario de Botín por aquel entonces, provoca cierta curiosidad en el establecimiento.

¡Hemingway no fue el único que incluyó al restaurante más antiguo del mundo en una obra literaria!

 

De esa relación surgieron anécdotas, como la poca destreza en los fogones del escritor. El antiguo dueño intentó enseñar a Hemingway cómo se preparaba una paella, algo que no acabó muy bien cuando Emilio le manifestó: “Don Ernesto, vamos hacer una cosa, usted siga escribiendo libros y yo sigo cocinando, ¿le parece?”.

No obstante, pese a la fama que le pudiera otorgar el escritor, el restaurante ya llevaba en activo más de dos siglos, sin cambiar de ubicación, ni cesar su actividad un solo día, ni durante la Guerra Civil, claves para entender el reconocimiento que le otorgó Guinness en 1987 por haber estado siempre operativo, a diferencia de otros restaurantes más antiguos.

Hay que retroceder casi tres cientos años para conocer el nacimiento de la pequeña posada del número 17 de la calle Cuchilleros, regentada ahora por la tercera generación de los González, en la que fieles y turistas se empapan de la inspiración de Hemingway, a base de cochinillos segovianos y corderos burgaleses.

Aunque es conocido como Restaurante Botín o Casa Botín, en el letrero se puede leer: “Restaurante Sobrino de Botín”. Según explica la propia web del restaurante, un sobrino de Jean Botín –un cocinero francés, que se instaló junto a su mujer en Madrid para trabajar para algún noble de la Corte– decidió abrir el establecimiento después de hacer algunas reformas. No obstante, la función de la posada no era como la de los restaurantes actuales, ya que durante aquella época, tan sólo se permitía cocinar aquello que traía el huésped .

La pequeña posada, con más de 293 años, está regentada ahora por la tercera generación de los González

 

Y en estos 293 años de historia, no solo han pasado artistas por sus mesas, también los hay que han pasado por la cocina de Casa Botín. Además del aprendiz Hemingway, se dice que un joven Francisco de Goya trabajó allí como friegaplatos mientras buscaba un nuevo maestro.

No obstante, pese a toda la historia que guarda el restaurante, incluida la bodega, del 1590, Luis Javier Sánchez, director adjunto del restaurante, aseguró en Great Big Story que “el horno es nuestra joya de la corona”. Un horno que “no se ha apagado nunca en 293 años”. La razón –ha explicado varias veces– se debe a “tiene que mantener el calor por la noche para asar por la mañana”.

Por lo que respecta a los platos, obviando el tan demandado cochinillo, “las recetas son de los abuelos”, a las que llama “las de siempre”. Es esto lo que permite seguir con la tradición, ya que se enseña de generación en generación. Sin embargo, reconoció que no pueden imitar el estilo de los restaurantes actuales, que “ofrecen platos sofisticados con diseños y dibujos”.

Para Sánchez es “importante mantener las tradiciones y que no se pierdan las recetas antiguas”. Si se perdieran las recetas, “sería un drama”. Por ahora, seguirán poniendo sobre la mesa “un buen cochinillo, unas buenas patatas, un plato de jamón” para que el comensal “disfrute y sea feliz”. Algo que llevan haciendo casi tres siglos y que esperan que perdure.

Botín

DIRECCIÓN

Calle de Cuchilleros, 17, 28005 Madrid

913 66 42 17

https://www.botin.es/

Museo del Prado

El Museo Nacional del Prado, en MadridEspaña, es uno de los más importantes del mundo, así como uno de los más visitados (el decimoctavo en 2013 entre los museos de arte), y está considerada la institución cultural más importante de España, según el Observatorio de la Cultura de 2020, estudio realizado entre varios centenares de profesionales del sector.​ Singularmente rico en cuadros de maestros españoles y de varias escuelas pictóricas del resto de Europa entre los siglos XV y XVIII, y españoles del XIX, según manifestó el historiador del arte e hispanista Jonathan Brown «pocos se atreverían a poner en duda que es el museo más importante del mundo en pintura europea».

Su principal atractivo radica en la amplia presencia de Velázquezel GrecoGoya (el artista más extensamente representado en el museo),TizianoRubens y el Bosco, de los que posee las mejores y más extensas colecciones que existen a nivel mundial, a lo que hay que sumar destacados conjuntos de autores tan importantes como MurilloRiberaZurbaránFra AngelicoRafaelVeroneseTintorettoDureroPatinirAntonio MoroVan Dyck o Poussin, por citar solo algunos de los más relevantes.

Alfonso E. Pérez Sánchez, antiguo director de la institución, afirmaba que «representa a los ojos del mundo lo más significativo de nuestra cultura y lo más brillante y perdurable de nuestra historia».

El inventario de bienes artísticos comprendía, a febrero de 2017, más de 35 000 objetos, desglosados en 8045 pinturas, 9561 dibujos, 5973 estampas y 34 matrices de estampación, 971 esculturas (además de 154 fragmentos), 1189 piezas de artes decorativas, 38 armas y armaduras, 2155 medallas y monedas, por encima de 15 000 fotografías, 4 libros y 155 mapas.

Por endémicas limitaciones de espacio, el museo exhibía una selección de obras de máxima calidad (unas 900), por lo que era definido como «la mayor concentración de obras maestras por metro cuadrado». Con la ampliación de Rafael Moneo, inaugurada en 2007, se previó que la selección expuesta crecería en un 50 %, con unas 450 obras más. Además, en 2018 se reabrieron las salas del ático norte, tras lo cual el total de piezas expuestas ronda las 1700,​ y cuando se rehabilite el edificio del Salón de Reinos se colgarán en él entre 250 y 300 pinturas más.

Al igual que otros grandes museos europeos, como el Louvre de París y los Uffizi de Florencia, el Prado debe su origen a la afición coleccionista de las dinastías gobernantes a lo largo de varios siglos. Refleja los gustos personales de los reyes españoles y su red de alianzas y sus enemistades políticas, por lo que es una colección asimétrica; algunos artistas y estilos tienen un repertorio insuperable, y por el contrario otros se hallan representados nula o escasamente. Solo desde el siglo XX se procura, con resultados desiguales, solventar algunas ausencias.

El Prado no es un museo enciclopédico al estilo del Museo del Louvre, el Hermitage, el Metropolitan, la National Gallery de Londres, o incluso (a una escala mucho más reducida) el vecino Museo Thyssen-Bornemisza, que tienen obras de prácticamente todas las escuelas y épocas. Por el contrario, es una colección intensa y distinguida, formada esencialmente por unos pocos reyes aficionados al arte, donde muchas obras fueron creadas por encargo. El fondo procedente de la Colección Real se ha ido complementando con aportaciones posteriores, que apenas han modificado su perfil inicial, puesto que, a diferencia de lo habitual en las pinacotecas nacionales de otros países, los esfuerzos, más que a completar las faltas, han ido dirigidos a reforzar el núcleo esencial.

Muchos expertos la consideran una colección «de pintores admirados por pintores», enseñanza inagotable para nuevas generaciones de artistas, desde ManetMary CassattRenoirToulouse-Lautrec y Degas, que visitaron el museo en el siglo XIX, hasta PicassoMatisseDalíEdward HopperFrancis BaconDavid Hockney y Antonio Saura, quien decía: «Este museo no es el más extenso, pero sí el más intenso».

Las escuelas pictóricas de EspañaFlandes e Italia (sobre todo Venecia) ostentan el protagonismo en el Prado, seguidas por el fondo francés, más limitado si bien con buenos ejemplos de Nicolas Poussin y Claudio de Lorena. La pintura alemana cuenta con un repertorio discontinuo, con cuatro obras maestras de Durero y múltiples retratos de Mengs como principales tesoros. Junto al breve repertorio de pintura británica, circunscrito casi al género del retrato, hay que mencionar la pintura neerlandesa, una sección no demasiado amplia pero que incluye a Rembrandt.

Aunque sean aspectos menos conocidos, el museo cuenta también con una importante sección de Artes decorativas (que incluye el Tesoro del Delfín) y con una colección de esculturas, en la que destacan las grecoromanas.

Junto con el Museo Thyssen-Bornemisza y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el Museo Nacional del Prado forma el llamado Triángulo del Arte, meca de numerosos turistas de todo el mundo. Esta área se enriquece con otras instituciones cercanas: el Museo Arqueológico Nacional, el Museo Nacional de Artes Decorativas, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y otros pequeños museos.

El Prado es gobernado por un director (actualmente Miguel Falomir, en el cargo desde el año 2017), asistido por el Real Patronato del Museo. Su funcionamiento se rige por la Ley 46/2003, de 25 de noviembre, reguladora del Museo Nacional del Prado.

Comidas típicas de Madrid

La gastronomía y comida típica de Madrid se compone de platos compuestos principalmente por productos frescos de la región, como sus verduras o carnes para los platos de cuchara, guisos o frituras. También hay que destacar la importancia que tiene en el tapeo en sus bares, y es que la gastronomía es uno de los grandes atractivos de Madrid.

De entre las muchas recetas o comida tradicional, te mostramos los platos más típicos de Madrid que tienes que probar si visitas esta ciudad, tanto la capital como alguna de sus localidades.

Platos típicos de Madrid

Cocido Madrileño

El cocido madrileño es, a buen seguro, el plato más típico y conocido de Madrid. Como suele ocurrir con la comida tradicional, cada uno tiene su manera peculiar de cocinarlo, aunque la base es siempre la misma.

Para su elaboración se ponen en una olla, con agua fría que cubra el contenido, diversas carnes, como jarrete y falda de ternera, gallina o pollo, panceta fresca, morcilla y chorizo, así como diferentes huesos: de jamón, de rodilla de ternera, de espinazo salado y de caña blanco.

Posteriormente, se añaden a la olla abundantes verduras, como repollo, zanahorias, puerros, patatas, y garbanzos que se habrán puesto el día anterior en remojo. Una vez cocido todo, se separa el caldo, que se pone al fuego echando un puñado de fideos cuando hierve. El plato se sirve en tres partes, empezando por el caldo con fideos, tras el cual se sirven los garbanzos y verduras y, para terminar, las carnes.

Callos a la madrileña

Los callos constituyen también uno de los platos más ligados a la gastronomía madrileña. La elaboración de esta receta típica de Madrid se diferencia de las de otros rincones de España. Así, su diferencia principal respecto, por ejemplo, a los callos gallegos es que en estos últimos se incluyen garbanzos cocidos, o, respecto a los que se elaboran en Vizcaya, que no llevan pimiento choricero.

Se hacen cociendo varias carnes de casquería, generalmente callos, pata y morro, añadiendo también a la olla panceta o jamón, especias y laurel. Una hora antes de finalizar la cocción se añaden chorizo y morcilla.

Para que los callos tengan su característico punto picante, se hace una salsa con ajos, cebolla y guindilla. Finalizada dicha salsa, se le añaden los callos y la morcilla y chorizo, estos últimos troceados. Después se añade el agua de la cocción y se hierve todo 20 minutos más.

Es recomendable comerlo con pan, para saborear bien la salsa.

Huevos estrellados

Uno de los platos de la cocina típica madrileña y más fáciles de hacer es, seguramente, los huevos estrellados.

Para su elaboración se fríen patatas y, una vez fritas, se retiran y se ponen a escurrir, retirando también el aceite. En la mima sartén, se echan las patatas otra vez y, seguidamente, se echan huevos y trozos de jamón, removiendo hasta que cuaje.

Puede sustituirse el jamón por cualquier otro producto que nos guste, como chorizo, setas o espárragos.

Bocadillo de calamares

El bocadillo de calamares es una comida muy emblemática de Madrid, y raro es el bar en el que no lo sirven. Se trata sencillamente de un bocadillo cuyo contenido son los calamares a la romana.

Tomarse uno de ellos, acompañado de una cerveza, es uno de los muchos pequeños placeres que se pueden experimentar en la capital madrileña.

Sopas de Ajo

Las sopas de ajo es uno de los platos mas tradicionales de la gastronomía madrileña y castellana. Se trata de una sopa con ingredientes muy sencillos ya que se preparara con ajos fileteados, que se saltean en una cazuela con aceite hasta que están dorados, añadiendo en este momento trozos de jamón. Una vez revuelto, se añaden unas rebanadas de pan duro, al que se le dan unas vueltas.

Una vez retirada la cazuela del fuego, se espolvorea con pimentón, que puede ser dulce o picante, a gusto de cada cual.

Besugo a la madrileña

Se trata de un pescado hecho al horno, que, aunque se consume durante todo el año, es muy típico de las fiestas navideñas.

El pescado debe hornearse durante muy poco tiempo, tan sólo unos diez minutos. Se acompaña de verduras, un fumet hecho con las espinas del mismo pescado, algunas medias rodajas de limón. .e pueden añadir también algunos langostinos.

Caracoles a la madrileña

Se trata de unos caracoles cuya base es una salsa hecha a base de caldo de carne y embutidos de matanza, que debe quedar muy bien ligada y con un sabor picante.

Después de hervir los caracoles varias veces, se hace un sofrito de cebolla,  ajo y guindilla, al que se añade jamón, chorizo y pimentón, dejando cocer un par de minutos más, pasado los cuales se añade tomate y se deja 15 minuto en el fuego. Añadiremos un majado hecho con ajo, comino y pimienta negra.

Echaremos al sofrito agua de la cocción, y seguidamente los caracoles, dejando cocer hasta formar una salsa espesa.

Potaje de garbanzos

Se trata de un potaje hecho con garbanzos, espinacas y otras verduras, como zanahoria, cebolla y tomate, además de laurel, perejil, ajo, pimienta, sal y aceite.

Para elaborar este plato se ponen a cocer los garbanzos en una olla, añadiendo más tarde el resto de ingredientes, excepto las espinacas, que se hierven aparte y se dejan escurrir. Una vez cocidos los garbanzos, se añaden las espinacas picada, y e retiran la zanahoria, la cebolla y una cucharada de garbanzos, que trituramos obteniendo un puré, el cual se añade a la olla de los garbanzos, removiendo bien todo. Se sirve con trozos de huevo duro por encima.

Gallinejas

Las gallinejas, es un plato tradicional de Madrid, cuyo consumo fue muy popular debido a su alto aporte energético y su bajo coste, pero en la actualidad son pocos los bares y restaurantes que ofrecen este producto, quedando relegado a su consumo en fiestas populares de algunos barrios de Madrid.

Esta compuesto por tripas de cordero. Se comen fritas, dejando que se frían en su propia grasa natural. Sencillamente, se espolvorean con sal y se sirven acompañadas de patatas fritas, que preferiblemente se freirán en el mismo aceite.

Tortilla de patatas

La tortilla de patatas es un plato muy típico de Madrid, pero también del resto de rincones de España. Además de constituir un exquisito plato de cualquier comida, se consume mucho también como tapa o pincho, y la sirven en una gran mayoría de bares de nuestro país.

Consiste, sencillamente, en batir huevos y cuajarlos en una sartén junto con patatas previamente cortadas en laminas y cocinadas durante unos minutos. Se echa la tortilla en la sartén, dándole la vuelta, y cuando vemos que el huevo ha cuajado, se aparta del fuego.

Patatas Bravas

Las patatas bravas es una de las tapas más típicas en los bares de Madrid y que consiste en unas patatas cortadas en trozos de manera irregular, fritas en aceite y acompañadas de una salsa normalmente picante, conocida como salsa brava.

Oreja a la plancha

La oreja a la plancha es otro de los platos de casquería más típicos para comer como tapa en bares de Madrid y que consiste simplemente en cocer previamente la oreja para después poner la oreja de cerdo a la plancha o sartén hasta que esta dorada para al final añadir un poco de perejil.

Aceitunas de Campo Real

La aceituna de Campo Real es la aceituna de mesa más conocida de Madrid, famosa por su aliño característico y que podremos degustar en muchos de sus bares y restaurantes de Madrid.

Espárragos de Aranjuez

El esparrago de Aranjuez es uno de los productos más conocidos de la Comunidad de Madrid. Se caracterizan por su color verde intenso y por una gran ternura a la hora de comerlos. Puedes encontrar este esparrago preparado tanto a la plancha como al vapor y en platos como tortillas, revueltos o simplemente como guarnición a la plancha.

Rosquillas de San Isidro

Las rosquillas de San Isidro son uno de los dulces más famosos de Madrid, siendo típico consumirlas durante la celebración de sus fiestas dedicadas al santo que les da nombre.

Se trata de una rosquilla cuyos ingredientes básicos son: harina, huevo, levadura y azúcar. Se puede optar entre rosquillas que no llevan ningún baño, conocidas como rosquillas tontas, u otras a las que se ha dado un baño de azúcar fondant, que puede ser de diversos colores, y a las cuales se les da el nombre de rosquillas listas.

Bartolillos

Los Bartolillos son un dulce y postre típico de Madrid durante la Semana Santa. Se trata de una masa muy fina frita con forma triangular, similar a una empanadilla y que suele ir rellena de crema pastelera y van espolvoreados con azúcar y canela.

Chocolate con churros

Uno de los desayunos más típicos en Madrid es el chocolate con churros y que podremos encontrar en la mayoría de las cafeterías de Madrid, por lo que es uno de los platos que tienes que probar si vienes a Madrid.

Torrijas

Las torrijas es un postre típico tanto en Madrid como en otros muchos lugares de España durante la Semana Santa y que tiene su origen en el siglo XV para poder aprovechar el pan duro.

Para elaborar una torrija, previamente tendremos que empapar el pan en leche caliente, que debemos dejar unas horas hasta que el pan se empape bien. Posteriormente el pan lo pasaremos por el huevo para posteriormente freírlo con aceite caliente. Posteriormente se le suele añadir azúcar y canela por encima.

Para finalizar, si tienes pensado visitar Madrid, no puedes dejar de  probar estos deliciosos platos madrileños.

Madrid: Turismo y Belleza en un solo lugar

Madrid es un espectacular destino para ir de vacaciones, es una de las ciudades más interesantes de Europa por todo lo que ofrece: su gastronomía es muy variada, posee lugares emblemáticos, tiene zonas verdes donde relajarse, es una importante capital del arte y la moda a nivel mundial y su entretenimiento nocturno no para hasta el amanecer.

 

Comencemos por su Gastronomía. En ella hay todo tipo de restaurantes gourmet, como también encuentras tascas o tabernas, así que, si quieres probar unas tapas de camarones o unos callos, tienes que visitarlas.

Y es una expresión muy común ir de tapas”, pero ¿Qué son las tapas? Son pequeños y sabrosos aperitivos que se sirven con bebidas bien frías.

Las tabernas, son bares castizos, muy típicos con ambientes genuinamente españoles, con paredes desgatadas, mostradores de zinc, sitios muy agradables donde comer y beber, siempre visitados por los turistas.

La ciudad es bastante grande y posee muchos lugares emblemáticos que no te debes perder. La Puerta del Sol, por ejemplo, siempre está llena de gente, allí se encuentra la estatua Oso y el Medroño que se considera símbolo de Madrid. El Palacio Real de Madrid, La Puerta de Alcalá, La Plaza Mayor, un centro de muchas visitas que siguen perdurando a lo largo de su historia a pesar de los incendios que sufrió. La capital ofrece otros sitios históricos importantes dignos de visitar.

Otro aspecto resaltante de la ciudad  son sus mercados, por ejemplo el Mercado de San Miguel. Ya han pasado más de 100 años desde que abrió sus puertas como mercado mayorista de alimentos.  Hoy, este edificio histórico se destaca como uno de los principales mercados gastronómicos del mundo.  Permite al visitante experimentar la esencia y los sabores más significativos de cada rincón de España.

Desde el mejor jamón ibérico y los pescados y mariscos más frescos traídos a diario desde Galicia, hasta los arroces mediterráneos y los quesos más exquisitos de Castilla, Asturias y el País Vasco, en el Mercado de San Miguel encontrarás todos los aspectos más destacados de la cocina española repartidos en más de 20 puestos.

En esta bella ciudad no solo encontraras comida de todo tipo, sino tambien ambientes para todos los gustos. Aunque su crecimiento urbano ha sido rápido en las últimas décadas, Madrid posee grandes espacios verdes donde se puede disfrutar de exquisitos paisajismos, por este motivo, tu visita a la ciudad será completa siempre que pases por sus parques.

EL Real Jardín Botánico se encuentra en pleno centro de Madrid con más de 600 plantas, junto a este se encuentra el parque El Retiro, considerado pulmón verde de la ciudad, también está El Capricho, con 4 ambientes diferentes. Estos, son solo tres de los mejores parques que hay en Madrid, en total la ciudad tiene 118 kilómetros cuadrados de zona verde.

Para los amantes del arte y la cultura, Madrid es la ciudad ideal, ya que es considerada un punto de referencia cultural en el mundo entero. La capital nos ofrece algo conocido como El Triángulo del Arte formado por el Museo del Prado, el Museo Thyssen-Bornemisza y el Museo Nacional de Arte Reina Sofía.

El Museo Thyssen es famoso por ofrecer a sus visitantes su colección del renacimiento italiano y obras maestras del impresionismo francés. El Museo Nacional de Arte Reina Sofía contiene muchas maravillas pictóricas, pero la estrella es el Guernica de Picasso. Todos estos museos se encuentran en el Paseo del Prado, lugar donde también se exhibe un buen número de las famosas estatuas de la capital.

En Madrid puedes encontrar de todo y para todos los gustos; para los amantes de las compras, Madrid es un paraíso, ¿por qué decimos esto? Porque hay grandes avenidas y grandes centros comerciales llenos de tiendas. Una de ellas, La Gran Vía, tiene muchas tiendas que ofrecen una amplia variedad de diseños con todo tipo de propuestas. Encontrarás, por otro lado, mercados tradicionales llenos de gente amable, la ciudad también te ofrece librerías y mercados de artesanías muy antiguos pero llenos de encanto.

Tienes muchas opciones para el entretenimiento de noche en Madrid. La capital está llena de muchos locales con espectáculos en vivo que vas a disfrutar…no sin antes haber pasado por sus miradores y observar las increíbles puestas de sol, uno de ellos, La Terraza del Círculo de Bellas Artes; y si es por comodidad, no te preocupes, Madrid cuenta con la infraestructura necesaria para atender a los millones de turistas que la recorren cada año. Sin duda, si visitas Madrid una vez, seguro vas a querer volver.

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