Macarons de Chocolate

El macarón o macarrón (según la RAE macarrón​ (del francés macaron, y este a su vez del italiano maccarone es un tipo de galleta tradicional de la Gastronomía de Francia e Italia hecha de clara de huevoalmendra molida, azúcar glas y azúcar. De origen Italiano, el dulce se dio a conocer en el siglo XVI, surgiendo del horno del pastelero de la corte francesa como cúpulas redondas con base plana, y en el siglo XIX se empezaron a unir de dos en dos con un relleno en medio.

Los macarones actuales son pastelitos hechos con dos galletas y una crema o ganache entre ambas.

Ingredientes:

Es para 10 comensales

Tardarás 3 horas
 
LIBRE DE GLUTEN
 
150 gramos de almendra molida
150 gramos de azúcar glass
20 gramos de cacao en polvo sin azúcar
40 mililitros de agua mineral
150 gramos de azúcar blanca granulada
3 claras de huevo
PARA EL GANACHE:
250 gramos de chocolate negro
200 mililitros de nata o heavy creamos
25 gramos de mantequilla sin sal.

Preparación:

  1. Coloca en un bol la almendra molida, el azúcar glass y el cacao en polvo,todo junto y mezcla. Con un colador o tamizador pasa esta mezcla por el tamiz o colador de 3 a 4 veces. (este detalle dejará los macarons sin grumos y perfectamente lisos).
2. Con la mitad de las claras de huevo o menos vas a agregarlo  a la mezcla tamizada anterior de almendras, azúcar glasé y cacao en polvo (queda como una pasta) eso lo reservas o guardas
 
3. Vas a preparar con agua común y azúcar granulada un almíbar algo espeso…(una taza de agua y una taza de azucar) lo vas a dejar hervir 10 o 15 minutos a fuego bajo para que espese. Lo guardas o reservas para que se mantenga caliente.
 
4. Ahora con la otra mitad de las blancas de huevo (que deben estar a temperatura ambiente) las vas a batir con la batidora eléctrica hasta que formen picos y añadiras el almíbar CALIENTE  en forma de hilo poco a poco hasta que se enfríe toda la mezcla y las paredes del bol estén al menos tibias o casi frías.
 
5. Este merengue lo vas a incorporar con una espátula suavemente a la mezcla de almendras cacao, azúcar y blancas de huevo que tienes reservada…mezcla bien desde el fondo hacia arriba…la mezcla se queda pegada al fondo del bol…mezcla, mezcla y mezcla…hasta que todo quede integrado perfectamente
 
6. Si no tienes los moldes usa una lámina de papel para hornear. Dibuja círculos del tamaño de 3.5cm de diámetro o dos pulgadas separados entre si…(Necesitaras dos láminas de papel para hornear esta cantidad)
 
7. Enmanga la mezcla con una manga pastelera de picó o punta redonda (o una bolsa plástica transparente tambien  sirve,  como de sándwich y le quitas la puntita…(Esto si no tienes manga pastelera) y ve rellenando los círculos que  dibujaste en el papel. Mantente dentro de el.
 
8. Una vez lleno los círculos, dale unos golpecitos a las bandejas para que la mezcla se asiente y las burbujas de la superficie se vayan…ahora deja reposar una hora y media en un lugar fresco y seco…esto es con el objetivo de cocinarlos en reposo, y cuando los toques cuidadosamente y no se peguen a tu dedo estarán listos para hornear. LUEGO TE EXPLICO COMO.
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RELLENO:

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1. Mientras los macarons se descansan para que se sequen, trocea el chocolate con un cuchillo afilado; calienta la nata o heavy cream hasta que hierva, luego retirala del fuego y coloca el chocolate picado y remueve. También corta la mantequilla y remuevela hasta que todo se disuelva. Espera a que se enfríe y espesara aún mas..más.. puedes agregar a esto si quieres una cucharadita de azúcar glasé para hacerlo más dulce.
 
2. Precalienta el horno a 170  grados centígrados,  cuando esté caliente y la masa de los macaron seca, hornea por 9 o 10 minutos…(no te pases de cocción porque son de chocolate y probablemente no notes que se pasan de cocción)
 
3. Una vez horneados desmoldalos cuidadosamente con un cuchillo bien filoso o una espátula por debajo del papel para retirarlos facilmente… déjalos enfriar. 
 
4. Verás que el macarons tiene  como una base que genera al hornearse…allí colocaras el ganache o crema de chocolate que ya debe estar solida…una galleta por esa base con la crema, le colocas la otra encima y presionas  suavemente para que el relleno se reparta…una vez rellenos los dejas reposar en la nevera Y Listo!!!..es una receta laboriosa…estudiala bien antes de elaborarla, ten todo a la mano y los ingredientes pesados, todo ordenado y diseñado para hacer este proyecto un momento mágico  que logre sobre todo trasladarte y relajarte en el disfrute de su elaboración y también cuando los degustes…..Ai revoir…Adriana.
 
 

Paella de Mariscos

La paella de marisco, conocida también como arroz a la marinera ó paella marinera, es uno de los platos más deliciosos que existen en todo el planeta tierra. Además de ser una de las banderas de la cocina española ¿Lo mejor de todo? Tú puedes hacerla en casa sin ninguna dificultad, siempre y cuando tengas los ingredientes y sigas las instrucciones.

Hacer una buena paella de marisco requiere tener un par de cosas clave: buenos frutos de mar y atención en todo el proceso de cocción, nada de distracciones mirando el teléfono móvil mientras la preparas.

Utiliza una sartén «paellera», algunas personas la conocen con el nombre de «paella», pero al final es lo mismo.

Ingredientes

  • 2 tazas de arroz
  • 4 tazas de caldo de gambas
  • ½ kg de calamares
  • ½ kg de gambas frescas
  • 1 puñado de conchas de mar almejas y mejillones
  • 1 cebolla
  • 1 tomate mediano
  • ½ pimiento rojo
  • 2 dientes de ajo
  • ½ taza de guisantes
  • 1 ramo de hojas de perejil fresco
  • Aceite de oliva
  • Sal
  • Pimienta
  • Colorante amarillo ó algunas hebras de azafrán

PAELLA DE MARISCO: ALGUNOS TIPS

  • Las gambas deben ser frescas y tener su piel y cabeza, porque las vas a necesitar para hacer uno de los ingredientes clave de esta paella de marisco: el caldo que vas a usar para cocinar el arroz. Este líquido es tan importante como los demás ingredientes. En este link te explico: Cómo hacer caldo de gambas.
  • El característico color de la paella de marisco tradicionalmente se le da agregándole algunas hebras de azafrán, si en tu ciudad es difícil conseguirlo, sustitúyelo por colorante amarillo.
  • Los frutos de mar a utilizar en la elaboración de este plato pueden variar, no es necesario que uses los que te indico en esta receta. Dependiendo de la disponibilidad en tu región, utiliza unos u otros. Lo que sí te recomiendo es que no dejes de agregarle gambas ó langostinos.
  • Si tienes posibilidad de ponerle trozos de cangrejo ¡hazlo! La cantidad de sabor que da es impresionante, además tu paella de marisco luciría espectacular. El caso de utilizarlos, agrégalos junto con los calamares y las conchas durante la cocción.
  • Al momento de servirla en el plato, algunas personas le ponen un chorro de jerez y otras limón. Lo más recomendado es aceite de oliva, en mi caso le pongo de manera indiscriminada, pero ese soy yo.

Es importante recordar que la paella de marisco y la paella valenciana son cosas muy distintas.

Rafael Dominguez

Rafael Dominguez

Cuando joven nunca pensé en alejarme de mi tierra, mi gente...mis costumbres. La historia que todos conocemos me llevo a hacerlo, y de difícil manera. Desde entonces, siempre estuvo Dios a mi lado, pero como a muchos nos sucede, no supe reconocerlo. Cometí errores, que después mucho me pesaron, pero la vida me enseñó que todo es posible cuando tenemos Fe. Aprendí a ser mejor hombre, cuando conocí el amor y la misericordia del Dios de la vida. Hoy vivo en esperanza, aprecio mucho más los regalos que la vida me ofrece. Hago valer más mis días porque ya van quedando menos. Disfruto la música y la lectura...Escribo lo que brota del corazón, pues es mi verdad. Gusto de un buen vino y mejor mesa...espero encontrar quien me acompañe por el resto del camino, donde seremos tres.

Viñedos de Borgoña

El viñedo de Borgoña (en francésVignoble de Bourgogne) es una región vinícola de Francia que se extiende por la región homónima, al este de Francia, al norte del valle del Ródano. El viñedo borgoñón se extiende a lo largo de 250 kilómetros desde el norte de Chablis al sur de la región de Mâcon.

Sus vinos, junto con el de Burdeos y el champán, se encuentran entre los más prestigiosos de Francia y del mundo, con cinco appellations d’origines contrôlées (AOC): 33 denominaciones grands crus, 562 denominaciones premiers crus, 44 denominaciones municipales o villages y 23 denominaciones regionales y semi regionalesBorgoña produce vinos tintos, a base de uvas pinot noir y de gamay y vinos blancos, a base de cepas chardonnay y aligoté. También se producen pequeñas cantidades de vino rosado y vino espumoso. Sobre cerca de 25 800 hectáreas, producen una media de 1,500.000 hectolitros de vino.

No se sabe con precisión quién introdujo la vid en Borgoña. Se cree que ya existía en el siglo II. En 312Eumene proporciona la primera descripción del viñedo beaunoisGregorio de Tours describió en el siglo VI la côte couverte de vigne cerca de Dijon. La implantación del cristianismo propició la extensión de viñedo por los señoríos abaciales. En estos tiempos guerreros, las comunidades religiosas gozaban de una protección que les permitirá transmitir la experiencia de generación en generación. Así ocurrió con las abadías más importantes, esto es, abadía de Cluny para el mâconnais y el chalonnais y la abadía de Cîteaux con las plantaciones de Côte d’Or, chalonnais y chablisien. Desde alrededor del año 900 hasta la Revolución francesa, los viñedos de Borgoña pertenecieron a la Iglesia católica.

Es en este periodo cuando nacen los clos (viñedos). El clos de Bèze se fundó en 640, el clos de Vougeot en 1115 y el clos de Tart en 1140. A partir de 1128, los cistercienses de la abadía de Pontigny (la décima hija de Cîteaux) continuaron desarrollando el viñedo de Chablis. A lo largo de la Edad Media, los vinos figuraban en lugar destacado sobre la mesa de los señores. En la gran época del Ducado de Borgoña (siglos XIV y XV) se dictan las primeras normas protectoras de una cierta calidad en el vino. En 1395Felipe II de Borgoña prohíbe el cultivo de la uva gamay en beneficio de la pinot noir en sus tierras, para mejorar así la calidad del vino. Es la primera norma de derecho alimentario del mundo, precursora de las denominaciones de origen (AOC) e que precede en bastante tiempo al Reinheitsgebot alemán que definió los ingredientes autorizados en la elaboración de la cerveza en Alemania.

Nicolás Rolin, canciller de Felipe el Bueno y su esposa Guigone de Salins decidieron crear un hospital para los pobres, eligiendo para ello la localidad de Beaune, lugar de paso que carecía de grandes fundaciones religiosas. Así nació, el 4 de agosto de 1443 el Hôtel-Dieu. Este Hospicio de Beaune resultó ser propietario de un dominio vitícola borgoñón gracias a las donaciones y las herencias de ricos señores borgoñones desde la Edad Media y a lo largo de los cinco siglos posteriores. La decadencia del Ducado de Borgoña coincide en el tiempo con las primeras casas de comercio de vino. En 1720, se lanzó la marca Champy.

Después de la Revolución, los viñedos estaba en quiebra y se vendieron a los trabajadores que los habían cuidado. Las leyes sucesorias dieron como resultado la continua subdivisión de los más preciosos viñedos, de manera que algunos cultivadores sólo eran propietarios de una fila o dos de vides. Esto llevó al surgimiento de négociants que sumaban el producto de muchos cultivadores para producir un solo vino. Esto llevó también a una profusión de pequeñas bodegas de propiedad familiar, ejemplificadas por la docena de la familia «Gros».

En 1874, la llegada de un insecto proveniente de América, la filoxera, dañó el viñedo. La filoxera fue descubierta por primera vez en Meursault el 17 de julio de 1878 en el lugar llamado l’Ormeau, después el 23 de julio del mismo año en el jardín botánico de Dijon. Las contaminaciones databan de 1876 para Meursault y 1877 para Dijon.

Las viñas americanas fueron introducidas fraudulentamente a partir de 1885 y oficialmente a partir del 12 de julio de 1887. Hubo que arrancar todas las viñas y replantar. Después de largas investigaciones, se terminó por descubrir que sólo el injerto permitiría a la vid resistir en presencia de la filoxera. El mildiu provocó un desastre considerable en 1910 con consecuencias sociales importantes. Sólo en vísperas de la Primera Guerra Mundial pudo el viñedo borgoñón reanudar su desarrollo.

El vino de Borgoña ha cambiado mucho durante los últimos 75 años. La depresión económica de los años 1930 fue seguida por la devastación que causó la Segunda Guerra Mundial. Después de la guerra, los viñadores regresaron a sus viñas descuidadas. Los terrenos y las vides habían sufrido y necesitaban desesperadamente ser nutridas. Comenzaron a fertilizar, saneando los viñedos. Los que pudieron permitírselo añadieron potasio, un elemento químico metálico de color blanco plateado que contribuye a un crecimiento vigoroso. A mediados de los años 1950, los suelos estaban equilibrados, las cosechas eran razonablemente bajas y los viñedos produjeron algunos de los más sorprendentes vinos del siglo.

Durante los siguientes 30 años, siguiendo el consejo de los expertos, siguieron utilizando fertilizantes químicos en sus viñedos, incluyendo el potasio. Cierta cantidad de potasio es natural en el suelo y bueno para el crecimiento de la planta, pero si se da en exceso, conlleva bajos niveles de acidez y acaba afectando negativamente la calidad del vino. Conforme se incrementaba la concentración de productos químicos en el suelo, crecían las cosechas. En la denominación Côte d’Or, por ejemplo, se pasó de 29 hectolitros por hectárea (media anual desde 1951 hasta 1960) a casi 48 hectolitros por hectárea (1982-91), de acuerdo con un estudio realizado por el INAO. Estas mayores cosechas produjeron vinos de menos sabor y concentración. El exceso de producto químico acabó en treinta años con el suelo que había contribuido a la reputación de Borgoña durante un milenio.

El periodo entre 1985 y 1995 fue decisivo para Borgoña. Durante este tiempo muchos dominios borgoñones renovaron sus esfuerzos en las viñas y gradualmente establecieron un nuevo modo de hacer vino. Todo esto llevó a vinos más profundos y complejos. Actualmente, la industria del vino de Borgoña está cosechando los beneficios de esos impresionantes esfuerzos

Vinos de Burdeos

El viñedo de Burdeos (en francésVignoble de Bordeaux) es una región vinícola de Francia que se extiende por el departamento de Gironda, en el oeste de Francia, en la región de Nueva Aquitania. Los vinos de Burdeos (vins de Bordeaux) se elaboran en unas 9000 bodegas usualmente llamadas châteaux por las casas solariegas que presiden las mayor parte de los viñedos, con las uvas de alrededor de 14 000 productores de vino, 117.514 hectáreas de viñedos, 400 comerciantes y un volumen de negocio de 14.500 millones de euros. Hay 57 denominaciones de origen controladas de vino de Burdeos.

Más de 700 millones de botellas de vino de burdeos se producen cada año, con una variedad de calidades, desde vinos de mesa corrientes, hasta algunos de los vinos más caros y prestigiosos del mundo. La mayor parte de los vinos de Burdeos son tintos, pero los vinos blancos dulces de podredumbre noble también han contribuido a la reputación de la región, y también se producen vino blanco seco, rosado y espumosos (Crémant de Bordeaux).

Clima y geografía

La región de Burdeos es la segunda región vinícola más grande de Francia, con 284.320 acres de vid. Solo la región vinícola de Languedoc con 617.750 acres de vid es más grande.2​ Ubicada a medio camino entre el Polo Norte y el ecuador, hay más superficie de vid plantada en Burdeos que en la totalidad de Alemania y diez veces el total plantado en Nueva Zelanda.3

La principal razón para el éxito de la viticultura en la región bordelesa es el excelente ecosistema para el crecimiento de la vid. La fundación geológica de la región es caliza, lo que lleva a un suelo rico en calcio. El estuario de la Gironda domina las regiones a lo largo con sus afluentes, los ríos Garona y Dordoña, y juntos irrigan la tierra y proporcionan un clima oceánico para la región.3

Estos ríos definen las principales subdivisiones geográficas de la región:

  • «La orilla derecha», situada en la orilla derecha del Dordoña, en las regiones septentrionales de la región, alrededor de la ciudad de Libourne.
  • Entre-deux-Mers, expresión francesa que significa «entre dos mares», la región entre los ríos Dordoña y Garona, en el centro de la región.
  • «La orilla izquierda», situada en la ribera izquierda del garona, en el oeste y el sur de la región, alrededor de la misma ciudad de Burdeos. La orilla izquierda se subdivide en:
    • Graves, el área aguas arriba de la ciudad de Burdeos.
    • Médoc, el área aguas abajo de la ciudad de Burdeos, situada en una península entre la Gironda y el Atlántico.

Siete son las regiones más destacadas: MédocGravesSauternesSaint EmilionPomerolEntre-deux-Mers y Fronsac. Junto a ellas, hay cuatro de menor importancia: Saint MacairePremières côtes de BordeauxBlayais y Burgeois.4​En Burdeos el concepto de terroir tiene un papel trascendental en la producción, con las fincas destacadas luchando por hacer vinos marcados por el terroir que reflejan el lugar del que vienen, a menudo de uvas recogidas en un solo viñedo.5​ El suelo de Burdeos está compuesto por grava, piedra arenisca, y arcilla. Los mejores viñedos de la región están ubicados en los suelos de grava bien drenados que se encuentran frecuentemente cerca del río Gironda. Un viejo adagio en Burdeos es que las mejores fincas pueden «ver el río» desde su viñedo y la mayor parte de tierra que enfoca la ribera del río están ocupadas por fincas clasificadas.6

Vinos de Francia

Los vinos franceses corresponden a uno de los más antiguos cultivos de la vid, su origen encuentra sus fuentes en la época del Imperio romano. Se les considera parte fundamental de Gastronomía de Francia, y algunas marcas han logrado un reconocimiento mundial. Francia es la segunda región donde más viñas hay en hectáreas, después de España.

En el año 2004 se trataba aún de una economía esencialmente basada en explotaciones familiares. Durante mucho tiempo, la enología de Francia abarcaba a casi solo 450 nombres y unas decenas de millares de pueblos de pequeño tamaño, a pesar de su potencial fabuloso, se hizo poco esfuerzo en vender el vino, a excepción de los clubes elitistas de las «Grandes vendimias» (Grands crus) o de la «Champaña».

Reglamentación en Francia

La elección de las vides para la producción de vino de mesa no es libre en la actualidad en Francia desde la publicación en 1953 de un decreto referente a la orientación de la producción vitícola. En 1955 las vides se clasificaron en 3 categorías:

  • vides recomendadas; (cépages recommandés)
  • vides autorizadas; (cépages autorisés)
  • vides toleradas; (cépages tolérés)

Desde 1970 la normativa comunitaria solo reconoce dos categorías recomendadas las vides, resultantes de la variedad de Vitis vinífera a L. adaptadas a su zona de cultura, y las vides no autorizadas, cuyo cultivo no es deseable (Se practica una disminución de las superficies del 30% en caso de plantación en vid no autorizada) A tener en cuenta que existe también vides prohibidas: clintonherbemontisabellejacqueznoah, y othello.

Según los viñedos, las vides pueden vinificarse solas (vinos monovarietales) o mezcladas (vinos de ensamblaje). Alsacia y Borgoña están como ejemplo de viñedos tradicionales cuyo origen es de vinos monovarietales mientras que Châteauneuf-du-pape es la ilustración más obvia del concepto de montaje o vinos de ensamblaje (hasta 13 vides diferentes se autorizan). En un mismo viñedo, las dos prácticas pueden coexistir: así en Burdeos, el Médoc resultan a menudo de ensamblaje, mientras que en Pomerol son ocasionalmente monovarietales de Merlot.

Estas prácticas de vinificación no deben confundirse con el reciente concepto de vinos de vides, que corresponde a vins de pays (vinos de la tierra) monocvarietales en los cuales se busca la expresión de la vid sin interferencia de la tierra, por ejemplo: un Château Grillet es un vino prestigioso elaborado a partir de una única vid, la viognier sobre el terreno mundialmente conocido de Château Grillet, un vino de país del viognier es un vino monovarietal, en el cual el consumidor se espera a encontrar las características de la vid viognier y solo ellas.

Turquía busca un sitio en el mapa del vino

Hace unos 8.000 o 9.000 años, los habitantes de Anatolia Sudoriental lograron domesticar las uvas silvestres y cultivar la vid, lo que facilitó una feliz práctica —fermentar el mosto— que también había comenzado en algún lugar de estas tierras o del Cáucaso o de Irán. En eso los arqueólogos aún no se han puesto de acuerdo. Sin embargo, la actual Turquía no es precisamente famosa por sus caldos, pese a ser el sexto productor mundial de uva. Algo que varias bodegas turcas llevan años empeñadas en que cambie. Y empiezan a lograr resultados.

“Hasta los noventa, había sólo un puñado de productores en el país, y hacían un vino que a veces se podía beber, pero la mayoría eran excesivamente oxidados y muy astringentes. Las cosas empezaron a mejorar en los 2000”, escribe el crítico gastronómico Vedat Milor. Con la entrada de nuevos actores —fundamentalmente empresarios ya consolidados que fundaron bodegas casi como un pasatiempo— y nuevas inversiones, la calidad de los vinos ha mejorado y, en la última década, bodegas como Kavaklidere, Doluca, Turasan o Pasaeli han cosechado numerosas medallas en las competiciones internacionales Decanter, International Wine Challenge y Concours Mondial de Bruxelles.

“Cuando Güler Sabanci [presidenta del conglomerado Sabanci, uno de los mayores del país] viajaba por el mundo se preguntaba por qué los vinos de Turquía no eran conocidos, cuando ésta es la patria del vino. Así que contrató a especialistas de Francia e Italia que hicieron una investigación de las variedades del país y, tras escuchar sus recomendaciones, plantó viñas y fundó una bodega en Sarköy [Tracia]”, explica Abdullah Tek, sommelier de la marca Gülor: “Ahora producimos 350.000 litros de vino al año. Podríamos producir diez veces más, pero sólo utilizamos las mejores uvas porque nuestro objetivo es la calidad, poner el vino turco en el mapa. De hecho, media docena de restaurantes de EE.UU con estrellas Michelin sirven nuestros vinos”.

No sólo Gülor, las bodegas más grandes han hecho importantes inversiones en equipamiento y han fichado a enólogos de Burdeos, Toscana o California a golpe de talonario, como el renombrado Michel Rolland, que asesora a Porta Caeli, bodega del grupo Toksöz. O Daniel O’Donnell, que ha levantado la calidad de los vinos del antiguo monopolio público de tabaco y alcohol turco (Tekel) tras su adquisición por la multinacional británica Diageo en 2011.

Turquía produce cada año cuatro millones de toneladas de uva, pero el 51% se dedica al consumo directo, un 37% a hacer pasas y un escaso 11% a vino. Tan sólo se producen entre 65 y 75 millones de litros de vino al año (frente a los casi 5.000 de España) y se exporta un mero 4% o 5 %. Es decir, la actual producción vinícola es incluso inferior a la de finales del siglo XIX, cuando, debido a la plaga de la filoxera en Europa Occidental, el vino se convirtió en una de las principales exportaciones del Imperio otomano (más de 300 millones de litros al año), sin que importase que el jefe de Estado ostentase el título califa de todos los musulmanes. Claro está que, entonces, la producción de vino estaba en manos de las minorías cristianas de Anatolia. Ahora, esas regiones vinícolas —la Tracia Oriental, la costa del Egeo, Anatolia Oriental y Capadocia— están viendo una recuperación de sus viñedos, si bien se trata en su mayoría de nuevas plantaciones, tanto de variedad local como extranjera.

En Turquía se bebe poco vino: un litro al año por cabeza. Se prefieren alcoholes más baratos —cerveza— o de mayor graduación —el anisado local raki—. Además, el Gobierno está empeñado en que se beba aún menos, oficialmente debido a la preocupación por la salud de los ciudadanos —aunque en Turquía no hay graves problemas de alcoholismo—, pero sobre todo por su ideología islamista. Casi cada año incrementa la tasa especial sobre bebidas alcohólicas, que es fija (actualmente de algo más de un euro por litro). “Esto hace que producir vino barato sea poco provechoso, por lo que muchas bodegas están invirtiendo en vinos de calidad y una gama de precios alta”, explica Taner Ögütoglu, fundador de la plataforma Wines of Turkey.

La apuesta por la calidad pasa por dar valor a las variedades autóctonas. Algunas de ellas son las que más cercanía genética mantienen con las uvas silvestres de hace miles de años, según los estudios del botánico José Vouillamoz y el arqueólogo Patrick McGovern. “En Turquía hay variedades que sólo existen aquí como Kalecik Karasi, Bogazkere, Öküzgözü, Emir, Narince… y que desconocemos en los países tradicionalmente productores de vino”, explica el enólogo francés Nathan Plentier, de la bodega Turasan de Capadocia. En la Universidad Namik Kemal de Tekirdag (Tracia) se trabaja en la recuperación de variedades perdidas y algunas bodegas destinan fondos a estas investigaciones. “Están dando muy buenos resultados y hemos redescubierto variedades como la Barburi, de Hatay; la Foçakarasi, de la costa del Egeo, o la Karaoglan, en Anatolia Central”, asegura Ögütoglu.

La ausencia de un consejo regulador permite experimentar a los vinateros. Casi todas las bodegas turcas compran uvas de diferentes regiones y las mezclan, buscando coupage atrevidos. “Buena parte de las vides que se plantan en el resto del mundo salieron de esta zona y luego fueron mutando y cambiando de nombre. Incluso cuando plantas esas variedades aquí, te dan un sabor especial, como si no hubiesen olvidado sus orígenes”, opina Yavuz Demir, inversor de la bodega Gülor.

En Capadocia, los empresarios intentan repensar el negocio en este año negro para el turismo. Y una de las atracciones es el enoturismo. Turasan recibe cientos de visitantes al día en sus bodegas, excavadas en la roca como las construcciones trogloditas que tunelan la Capadocia y que se usan todavía como almacenes de frío para guardar cítricos fuera de temporada, ya que se mantienen a entre 4 y 10 grados. Gülor también acaba de abrir un lugar de catas allí, que pretende convertir en un centro de cultura del vino. “Intentamos hacer promoción, talleres y catas en hoteles, tenemos diseñadas rutas por viñedos…”, explica Demir: “Pero muchas veces nos chocamos con los obstáculos del Gobierno”.

Tan grave como los altos impuestos, les resulta a los bodegueros la prohibición de anunciar sus vinos. Una ley aprobada por el gobierno islamista en 2013 impide la promoción de cualquier bebida alcohólica (obligó a un equipo de baloncesto con solera como el EFES Pilsen a cambiar su nombre). “En otros países se ayuda a la industria del vino. Aquí no tenemos siquiera un plan sobre el sector”, se queja Ögütoglu. Efectivamente, ni el Ministerio de Comercio ni el de Agricultura han querido responder a las preguntas sobre el tema. “El Gobierno se debería dar cuenta de que el vino es un producto con mucho mayor valor añadido que el resto de productos que exportamos y nos podría ayudar a reducir el déficit comercial”, añade.

Principales cepas originarias de Alemania

En Alemania existen 13 regiones vinícolas, las cuales están localizadas sobre todo en las riberas de ríos como el Rin, el Mosela y el Neckar. La mayor región es la de Rheinhessen (Hesse Renana). En total existen cerca de 140 variedades de uva: 40 de vino tinto y 100 para vino blanco. El 20.2 % de la superficie de cultivo es de la variedad Riesling, seguido por la uva Müller-Thurgau con el 14.7 %; en tercer y cuarto puesto se encuentran las uvas tintas Blauer Spätburgunder con el 11.1 % y el Dornfelder con el 8 %. El porcentaje restante está conformado por la Silvaner, Blauer Portugieser, Kerner, Grauer Burgunder y Weißer Burgunder.

Estas son las denominaciones de calidad en vinos alemanes:

  • Tafelwein (vino de mesa): Son los menos finos, poca exigencia de calidad.
  • Landwein (vino de país): Es una categoría superior al vino de mesa. En la etiqueta se tiene que poner la región de donde vienen las uvas.
  • Qualitaetsweine bestimmter Anbaugebiete QbA (De calidad de una región determinada): Estos vinos tienen que ser 100% de una de las 13 comarcas vitivinícolas.
  • Qualitaetswein mit Praedikat QmP (Vinos de calidad con atributo): Son los más finos, cumplen con los más altos requerimientos de calidad en cuanto a tipo de uva, madurez, armonía y elegancia. No se puede agregar azúcar y existen 6 diferentes subtipos:
  • Kabinett: Vinos finos, ligeros, de uvas maduras.
  • Spaetlese: Significa cosecha tardía. Estos vinos son de una calidad muy alta y se producen de uvas que se cosechan después de la cosecha normal. Son vinos elegantes, maduros, con un carácter frutal, no son necesariamente dulces.
  • Auslese (selección): Una selección de racimos muy maduros. Se quitan las uvas no maduras. Vinos nobles, suelen ser más intensos en aroma y sabor.
  • Beerenauslese (selección de uvas). Una cosecha de uvas sumamente maduras, seleccionadas individualmente. Signo de calidad del hongo Botrytis, se pueden guardar durante décadas.
  • Trockenbeerenauslese (selección de uvas secas). De uvas sobremaduras cosechadas, parecidas a uvas pasas. El vino es dulce como la miel y se puede guardar durante muchas décadas.
  • Eiswein (vino de hielo). Un vino especial, elaborado de uvas que pasaron una helada de 7° bajo cero, cosechadas y prensadas cuando todavía están congeladas, para obtener solamente el concentrado de la fruta. Vinos verdaderamente únicos que no se cosechan necesariamente cada año, con una extraordinaria concentración de acidez y dulzor afrutado. Se toman como aperitivo con quesos muy fuertes, patés ó para acompañar postres.

Desde el año 2000 existe la definición Classic para un vino de una calidad superior, seca, de una de las uvas clásicas de cualquiera de las 13 comarcas de Alemania.

Bodegas Reconocidas

  • Werner Anselman, región: Rhin
  • S.A. Prüm, región: Mosela-Sarre-Ruwer
  • Selbach-Oster, región: Mosela-Sarre-Ruwer
  • Weingut Schloss Saartein, región: Mosela-Sarre-Ruwer
  • Robert Weil, región: Rheingau
  • Dr. Von Bassermann-Jordan, región: Pfalz (Palatinado)
  • Pfeffingen-Fuhrmann-Eymael, región: Pfalz (Palatinado)
  • Max Ferd. Richter, región: Mosela-Sarre-Ruwer
  • Markus Molitor-Hausklosterberg, región: Mosela-Sarre-Ruwer
  • Hermann Donnhoff, región: Nahe

La ruta del vino alemán

Llamada en alemán Deutsche Weinstraße destaca por ser la más antigua de todas las rutas vinícolas de Alemania. La ruta recorre la zona de Renania Palatinado y fue creada en el año 1935 como una peculiar manera de fomentar el turismo. La ruta inicia justo en la Deutsches Weintor, la puerta del vino alemán, una puerta ceremonial construida en 1936 y ubicada en Wissembourg, en la frontera francesa, y termina en Bockenheim, más precisamente en la casa de la ruta del vino alemán.

Atravesando caminos sinuosos, viñedos, aldeas, colinas y bosques del Palatinado podrás saborear lo mejor de la cultura vinícola que se jacta de sus más de mil años de antigüedad. En el camino, que se encuentra señalado por carteles amarillos con un distintivo racimo de uvas, podrás encontrar tiendas de vino, salas de degustación y podrás participar de varias fiestas del vino.

Viñedos y vinos Alemanes

Alemania marca el límite norte del cultivo de la vid en Europa. El clima frío del norte de Europa hace difícil la maduración de la uva, defecto que se compensa buscando los emplazamientos con mayor insolación. Por lo tanto, la mayoría de los viñedos alemanes se encuentran ubicados al oeste y al sur del país, siguiendo los meandros de valles fluviales, en particular del Rin y sus afluentes. Las mejores laderas, elegidas por la insolación y la proximidad a los ríos, gozan de un microclima que favorece un calor constante, lo cual permite una mejor maduración de la uva.

Actualmente, debido al cambio climático y el aumento de temperaturas a nivel global, la situación de estas tierras vitícolas ha cambiado y se presentan con un excelente potencial para la elaboración no sólo de vinos blancos, sino también de tintos.

Alemania produce esencialmente vinos blancos, que conservan su frescura y elegancia durante varios años. Los mejores vinos alemanes se han ganado su lugar en el palmarés de los mejores vinos del mundo.

Las primeras vides fueron plantadas en las regiones del Rin y del Mosela por los romanos, que dejaron además una rica herencia de hermosos monumentos. Después de Carlomagno, los monjes y los nobles de la Edad Media dejaron su huella en las múltiples propiedades, muchas de las cuales todavía existen. Desde esta época y hasta la década de los 60, el Rin y sus afluentes permitían transportar el vino hasta el norte de Europa. Actualmente, esta ruta constituye el vínculo de conexión entre las 11 regiones vitícolas de la antigua Alemania Occidental.

Variedades de uvas

Las uvas blancas representan más del 80% de los viñedos alemanes. La más célebre es, sin duda alguna, la riesling. Otra de las variedades más abundantes es la müller-thurgauhíbrido de la riesling, de calidad algo inferior. Otras cepas blancas son la ruländer, la pinot blanc, la gewürztraminer y la sylvaner. Entre las cepas tintas, mucho menos importantes, podemos mencionar la spätburgunder (pinot noir), la lemberger y la dornfelder.

Las regiones viticolas

Las regiones más famosas se extienden a lo largo del Rin y de sus afluentes Mosela, Nahe, Neckar y Main, con los viñedos ubicados en laderas. Destacan las siguientes regiones:

RHEINGAU

Ubicada junto al río Rin, cerca de Frankfurt. Es la región donde se elaboran los vinos alemanes más reputados y caros. Esta zona corresponde al único lugar donde el Rin deja de correr en dirección norte-sur, para dar un giro de 90º y seguir en dirección este-oeste. Este factor, con las laderas de viñedos orientadas al sur, unido a la protección que ofrecen los montes Taunus al norte, da lugar a un microclima que favorece especialmente la maduración de la uva.

De la cepa riesling se elaboran vinos de marcada calidad, sobre todo los producidos con uvas atacadas por podredumbre noble. El mejor tinto se encuentra en Assmannshausen. En general, los vinos de esta región son elegantes y finos en aroma.

RHEINHESSEN (HESSE RENANO)

Ubicada en ambas riberas del río Rin y cercano a la desembocadura del río Nahe. La temperatura que gozan estos viñedos es algo más elevada que la media del resto del país, lo cual favorece la maduración de la uva.

Principalmente se cultiva la uva blanca y es donde mejor se han adaptado las nuevas creaciones de híbridos con algunos resultados positivos. En esta región se encuentran los pueblos de más renombre vinícola, como Nierstein y Oppenheim.

Los vinos baratos y dulces, principalmente blancos, han dado a conocer a esta región. Sin embargo, algunas fincas, sobre todo en la Rheinterrasse, realizan un deslumbrante trabajo con las variedades blancas (especialmente con la riesling) que empieza a ser reconocido internacionalmente.

MOSELA – SARRE – RUWER

Ubicada en la frontera con Luxemburgo, al norte de Coblenza. Los viñedos están situados sobre las riberas de los ríos Mosela, Sarre y Ruwer donde el suelo es muy rico en minerales. Es una de las regiones vitícolas más espectaculares de Alemania: más de una cuarta parte de las vides están asentadas en escarpadas laderas que caen a plomo sobre el río. Los mejores vinos se obtienen con la variedad riesling y es en esta región donde se ha gestado la fama de delicadeza y finura de los vinos alemanes.

RENANIA – PALATINADO

Se extiende en la ribera derecha del río Rin, con la frontera francesa al sur. Es una de las zonas más importantes, la cual disfruta de uno de los microclimas más cálidos del viñedo alemán y de suelos muy variados. Es una zona en la que el vino tinto va ganando en importancia.


BADEN

Ubicada en la ribera derecha del río Rin y el lago Constanza, es una región famosa por su excelente gastronomía. Se trata de un viñedo con buena exposición al sol, factor envidiable en este país. Cuando los rendimientos no son elevados, el clima de Baden permite obtener vinos más redondos y ricos en alcohol que en las regiones más septentrionales de Alemania.

A principios del siglo XIX, Baden contaba con cerca de 200 variedades de uva. En la actualidad quedan siete, seis de ellas blancas, que se reparten el 92% de los viñedos: la müller-thurgau, la spätburgunder, la ruländer, la gutedel, la riesling, la weissburgunder y la sylvaner

AHR

Situada al Sur de Bonn. Los viñedos están situados sobre ambas laderas del río Ahr donde el suelo es de origen volcánico. Los vinos blancos son secos y ácidos y los tintos son afrutados y de cuerpo discreto. Una de las especialidades de la zona es un vino rosado, el «Weissherbst», vino frutal, vivo y refrescante.

 

RENANIA MEDIA

Ubicado a ambas riberas del Rin, al sur de Bonn. La viña ocupa las pendientes y picos de las terrazas. Allí el suelo está compuesto de arcilla y pizarra. Los vinos blancos tienen una acidez muy marcada.

 

NAHE

Se extiende en las riberas del río Nahe, entre el norte del Palatinado, el Hesse Renano y el valle del río Mosela. Más vigorosos que los del Mosela, los vinos del Nahe reflejan un clima más caluroso y seco, así como la diversidad de suelos. La riesling aporta su delicadeza, apoyada por una acidez punzante que permite al vino envejecer bien. El Nahe ha contribuido a la promoción de los vinos secos , que representan actualmente el 22% de la producción nacional de vinos de calidad.

 

FRANCONIA

Es la región más al este del país. Ocupa el valle del río Main y sus afluentes. Su variedad de suelos marca los matices diferenciadores de sus vinos que se presentan en una botella de forma abombada y plana, llamada «Bocksbeutel».

Esta región es mejor conocida por sus variedades blancas: la riesling, la sylvaner, la rieslaner y las pinot noir, blanc y gris dan buenos resultados.

La mayoría de los buenos vinos de Franconia presentan un ligero sabor terroso, especialmente marcado en los de sylvaner, que tienen carácter, pero también frescura, y son verdaderamente muy agradables.

 

BERGSTRASSE DE HESSE

Ubicada en la ribera derecha del río Rin, al norte de Heidelberg. Es la región vitícola más pequeña de Alemania. Las variedades más cultivadas son la riesling, la müller-thurgau y la sylvaner.

 

WÜRTTEMBERG

Ubicada en las riberas del río Neckar y de sus afluentes, en la región de Stuttgart. La especialidad de la región son los vinos rosados elaborados con la mezcla de uvas tintas y blancas.

 

SAALE-UNSTRUT y SAJONIA

Al norte de la región de Ahr. En Saale-Unstrut el suelo es bastante calizo, mientras que en Sajonia está compuesto de roca volcánica. Los vinos de estas regiones, secos en su mayoría, son similares a los de la región de Nahe.

Historia del vino Aleman

La producción de vino de alemania se encuentra entre las más afamadas del norte de Europa, ya que en total  existen trece zonas vinícolas reconocidas con denominación de origen, y aunque sea eclipsada por la producción de cerveza que existe en el suroeste de Alemania (zona fronteriza con Francia)  de igual forma este país tiene una amplia cultura asociada al cultivo de la vid y degustación del vino. El vino alemán se encuentra ampliamente regulado por las leyes alemanas del vino (Weingesetz) que amparan y regulan todos los aspectos acerca de la denominación, composición, elaboración y embotellado del vino. Alemania según datos del 2000 ocupa la posición décimo quinta (15)  en el ranking de superficie dedicada a cultivo de la vid.

Es muy posible que los Romanos fueran los primeros en hacer probar a los lugareños el delicioso néctar del vino, las primeras plantaciones es muy posiblemente que fueran en las cuencas del Rin y del Mosela por los romanos, que dejaron además una rica herencia de hermosos monumentos que recuerdan al cultivo del vino. Los romanos sabían que el clima frío del centro de Europa y la menor insolación que pueda existir durante los días de otoño hace difícil la maduración de la uva; pero compensaron este defecto aprovechando los mejores emplazamientos.

Hoy en día casi no se recuerda que el Riesling de la región Rheingau fue una vez en el siglo XIX uno de los vinos más caros del mundo.

Decadencia de la posguerra

Existió una lenta y dulce (debido a la excesiva dulzura de algunos de ellos) decadencia de los vinos alemanes tras la segunda guerra mundial debido a una producción masiva de vinos de baja calidad y con muy poco renombre tales como el «Liebfrauenmilch» o el «Kröver Nacktarsch» que tenían una mezcla excesivamente dulce de la variedad Riesling, que durante los 50 supuso casi a mitad de las exportaciones alemanas. Hoy en día este vino ya casi no se produce. Esta decadencia supuso muchas leyendas negras acerca de la excesiva dulzura de los vinos alemanes debido a la adición de azúcar durante la fermentación, nada de cual es cierto debido a la extrema rigurosidad de la ley de vinos alemana que ha sido capaz de controlar y vigilar la producción vinícola en todo momento.

El nacimiento del nuevo vino alemán

En los 70 y 80 se fue mejorando la producción y pronto empezó lo que algunos enólogos definieron como el «boom del Riesling« o el «el milagro del vino alemán», debido a la preocupación de algunos cosecheros y productores más en la calidad de la producción que en el volumen, este trabajo poco a poco fue cosechando buenos resultados en los vinos blancos y en los tintos. Este efecto hizo que ya desde el año 1962 los propios alemanes hayan duplicado el consumo de su vino, aumentando la proyección internacional, por ejemplo en Estados Unidos se rinde culto al Riesling.

Los vinos blancos de los 90 en Alemania no procedían de barrica, pero poco a poco la fuerte demanda ha hecho que cada vez más vinicultores estén dedicados a la producción de este tipo de vino.

Vinos Turcos

Turquía es el tercer productor más grande de uvas de mesa y el líder mundial en la producción de pasas. La mayor parte de la producción vinícola se exporta a los países europeos. Los turcos cultivan la uva para producir pasas y jugos.

Según la tradición turca, el Dios Cielo había bendecido el vino y los seres malvados no podían penetrar ni en las viñas ni en los lugares en los que había vino. Como ritual se preparaba el vino en el momento en el que nacía un niño.

Además, la tradición exigía el envejecimiento del vino. En la actualidad hay seis zonas productoras de vino: Mar Egeo, Mar Negro, Anatolia, Región Mediterránea, Anatolia Central y Anatolia Suroriental.

Los vinos más importantes son: Kayra, Trakia, Doluca, Buzbag y Musket.

El Largo camino a la fama

El vino de Turquía ha recorrido un largo camino hasta el día de hoy. Comenzó a crecer gracias a los jóvenes, quienes al no ser tan tajantes muchas veces con las costumbres, decidieron aprender y conocer al respecto.

El gobierno turco colaboró con este crecimiento, fundamentalmente a partir de la década del 90, cuando pequeños productores comenzaron a hacer vinos de calidad.

La cepa distintiva de Turquía es la Kalecik Karasi, que estuvo casi extinta, pero fue salvada gracias al esfuerzo de estudiantes de agronomía. Esta uva tinta es sumamente apreciada por los conocedores gracias a su aroma y sabor. Se lleva bien con los paladares exigentes y no tanto con los tolerantes.

En febrero pasado el vino de Turquía se expuso en Inglaterra, en una feria con su cosecha 2010, que brindó al país musulmán numerosísimos premios internacionales.

 Su producción vitivinícola se concentra en el centro y en las costas oeste y sur del país. Los mejores vinos de Turquía proceden de la zona central. Esa nación posee una inmensa variedad de uvas (más de 1 000). Con algunas de ellas se elaboran uvas pasas para su uso en la cocina.

Entre las tantas variedades de uva se encuentran: oküzgögú, bogazkere, papazkarasi, kalecic katasi, gamay y cal karasi, que producen vinos tintos y rosados. Con el emir, sultanine, narince y misket, entre otras, se elaboran blancos.

Aromas de deleite

La selección Kirmizi es un vino originalmente turco. Tiene un aroma a frutas maduras (fresas, ciruelas, higos), con un toque animal al que se le suman los aromas a fruta seca (avellana, almendras).  Su sabor se corresponde con el aroma y resulta un vino amplio, redondo, muy cálido, de taninos equilibrados.  Es un vino de guarda. Si lo tomamos luego de 7 a 10 años de su elaboración obsequiará nuestro paladar exquisitamente.  A una temperatura entre 17 a 18º C, escoltando guisos o carnes a base de hierbas, manifiesta toda su potencia y gusto.

 Los vinos turcos se caracterizan por su gran variedad. Además de blancos, rosados y tintos, los hay de aromas diferentes y sabores exóticos.

Sus excelentes taninos (en cuestión de los tintos) y su equilibrada acidez, en cuanto a los blancos, junto a los aromas florales, cítricos y mentolados, nos dialogan de la riqueza de sus cepas y su tradición vitivinícola.

 Bebidas para saborear jóvenes y con envejecimiento en barril, que seducen con una buena guarda, comprenden la gama de los muy buenos procedentes de Turquía.

Entre las marcas líderes se encuentra Kayra. Produce sus vinos en las fábricas de Elazig, construidas en 1942.También en las fábricas de Sarkoy, levantada en 1996. Sus propuestas se hacen atractivas no solo por aromas y sabores, sino por las etiquetas elegantes y diseños de sus botellas, con una versión moderna de símbolos que vienen de la época de la Antigua Anatolia.

No se quedan a la zaga en la fabricación del Raki, aguardiente elaborado con uvas frescas, uvas pasa y anís, destilándose posteriormente.

Kayra ha desarrollado una imaginación en sus productos para satisfacer los paladares más exigentes y vinos dignos de los platos más complejos. Seguramente algún lector ha degustado Muscadet Sur Líes, pero… ¿han imaginado Chardonnay Sur Líes? Debe ser un prodigio en boca.

Algunos resultan frescos, sutiles.  Otros complejos de gran estructura.  Son vinos que constituyen a su cocina: especiada, sabrosa, abundante y dulce.

 Los vinos de alta calidad solo se los encuentra en los hoteles o en lugares muy especializados en Estambul.

Entre ellos está el blanco Buzbag, con dos soberbias uvas como las Narince y Emir, de aromas delicados y textura muy firme. Tiene una acidez elegante.

En el año 1929, bajo el régimen de Kemal Atatuirk, fundador de la República Turca, el cual era un gran amante del vino, fomentó el cultivo y la producción a nivel industrial. Uno de sus mayores consumidores desde esa época son los alemanes.

Entre los vinos turcos tenemos el Emir, que es blanco de la uva Emir, con notas a pera y frutas tropicales, como naranja y mandarina, efectivamente exótico.

 Los vinos turcos se instauran como grandes señores de la mesa. Sabores que emocionan, y nos dan nostalgia cuando se han ido. Y existe solo una compensación… ¡Otra copa!

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