Mi bandera he de alzar

Que se ha pasado el tiempo
y que los años marcan mi cara
Que mi voz ha cambiado,
que no es el mismo mi caminar
Que malgasté mi fuerza,
que en vanidades la dejé ir
Que diga NO a mis sueños,
que se ha pasado mi mes de abril
Pero dame este monte
Y con mis fuerzas lo he de tomar
Cumpliré la promesa
Yo he sido creado para luchar
No habrá gigante que me haga dudar
Y mi bandera he de alzar
Hay quienes me aconsejan que
toque ahora la retirada
Que lo que no hizo el joven
jamás el viejo conseguirá
Que el tren se me ha pasado,
que debería ya desistir
Que ya no estoy a tiempo,
que mi carrera llegó a su fin
Pero dame este monte
Y con mis fuerzas lo he de tomar
Cumpliré la promesa
Yo he sido creado para luchar
No habrá gigante que me haga dudar
Y mi bandera he de alzar

Se desnudó…

Sí, así como te lo cuento,
Desnuda completamente,frente a mi..
Mirándome con ojos,entre retadores y tristes.
Me fue difícil creer
que se mostrase así,tal como era,por primera vez.
Sentí mis ojos llenarse de llanto,
al verle así,descubierta,vulnerable…
Me mostró todas sus heridas.
Eran muchas…
Nunca pensé fueran tantas.
Eva nunca me habló de ellas…
Es reservada..o quizás estoica
Me contó todo lo que siempre ha callado,
cuánto le han juzgado y atacado.
Busco excusas y confesó culpas
se hizo mil enredos,tratando de explicar
lo que ella misma no alcanzaba entender
al final ya exhausta, me dijo..
no puedo más!!
Respiro fuerte, me miro a los ojos con inexpugnable mezcla de dolor y reto..
Imposible callar, pesa mucho, duele..
Me refirió a llanto vivo,lo que ha sentido
y lo que ya murió ..creo por eso lloraba
Pero me habló también de esperanzas y de redención..
De piedras no lanzadas y golondrinas que no regresaron jamás.
Se desnudo toda….
grito,lloro,insulto,arremetió contra todo,
hablo mucho y también… triste callo!
y esa,su manera de mirarme,traspaso mi ser…
Desnuda, así quedó…
Nada oculto
abrió su alma ..todo brotó
vacío finalmente,
el repleto cántaro de su dolor.
Esa noche,desnuda,anegada en llanto
Y medias sonrisas,
fue cuando más libre fue.
El mundo que intentó reprimirle,
perdió la batalla…
Ella es libre y yo….le ame más!

Soñar…

Soñe contigo…te daba cien besos…quizás más, pero mi sed de besar tus labios rojos, de morderles hasta llevarte al mismo cielo….no se apagaba aún en el soñar…
Creo fueron pocos, necesito más para seguir viviendo este maravilloso espejismo de amarte toda,llenar aun en la distancia la plenitud mis sentidos imaginar el sabor a miel de tu boca,el olor a hembra de tu piel y la fragancia a azares de tu cabello…proponerme hacerlo hacerlo …
cada momento que me quede en este mundo…
Te amo mujer divina…Ángel travieso de esos sueños míos..
Te siento muy junto a mi..aunque lejos estes,te abrazo en etérea ausencia y desespero cuando te busco y no estás..Espero!
Porqué que serviría vivir..
sin poder abrazar la esperanza de saberte un día totalmente Mía..ya no valdría la pena existir,como hacerlo,sin ti..No lo concibo.No me permito pensarlo!!
Te amo señora de mis sentires, razón de mis locuras .
Te aseguró Dulcinea de esos cálidos sueños,que no habrán molinos convertidos en gigantescos obstáculos, ni la lógica que el mundo pretende hacerme creer,que logren detener mi cabalgar, ni que medie para mi tregua alguna …ni importara cuán agreste sea el camino si este me lleva a finalmente tenerte, para entonces ..
ya por siempre..reines en mi vida y venerarte cada día.

Un día más…cenando a solas.

Un dia mas …cenando a solas
me acompañan importadas aceitunas y buen vino…
Recuerdos de dias mejores,
ilusiones perdidas
sueños que solo mios fueron
guarnición de falsos besos
Menos esperanzas que mentiras
acompañadas de puras falsedas…
y solo eso…Ya fue!
Veo en la amplia sala parejas..familias…
amor y sobre todo abundantes falsas cofradias….
genuinos actores en esta trama de como vivir
sin mucho que sentir, con poco que legar
y nada que entregar.
Me doy cuenta que desde hace ya mucho
nadie se sienta a mi mesa..
solo comparto con fantasmas …
recuerdos de lo que debio ser
y nunca fue…Baldías ilusiones,nunca con esa.
Nunca sera…Nunca fue ella
con la que desde siempre sueño …
Hoy allende estará ,con ese que cree ser su dueño..en esa puesta en escena.
Ese no le escribirá poemas
ya yo les escribí todos a esa falsa musa…
el será aquel,que pronto cenara con su ausencia ,sin haber jamás sentido su real presencia.
Me atribula escribir estas cuartillas
y recibir la reaccion de aquellos que me aman…
y que solo alcanzan ver en mi prosa
angustia , añoranza y tristeza que emanan
de lo que nunca fue mas que un sueño.
Dejadme les pido, aunque sólo sea vano mi soñar..que hacer, si viene cada noche aún a mi pesar..
Busco y espero..
pero ya no necesito
encendida cabellera,eroticas propuestas
ni labios que mienten en cada beso
para sentirme que vivo.
El amor es mucho mas
que trasnochadas esperanzas
ensayados gemidos,vino del Duero
o mundanos placeres
que pocos alcanzan.
Yo ya he aprendido a cenar solo
disfrutarlo en verdad…
Con esta soledad que me muestra
que muchos…
quisieran …cenar solos!
Yo mientras ..Espero….
Esa…no fue.

¿De veras quieres a una mujer inteligente en tu vida?

¿De veras quieres a una mujer inteligente en tu vida? Piénsalo dos veces.
«¡A cuantos hombres he escuchado decir que desean a una mujer inteligente en sus vidas!. Yo los animaría a que lo pensaran bien.
Las mujeres inteligentes toman decisiones por si mismas, tienen deseos propios y ponen límites
Tu nunca serás el centro de su vida porque ésta gira en torno a ella misma.
Una mujer inteligente no va a dejarse manipular ni chantajear, ella no se traga culpas, asume responsabilidades.
Las mujeres inteligentes cuestionan, analizan, discuten, no se conforman, avanzan.
Esas mujeres tuvieron vida antes de ti y saben que la seguirán teniendo una vez que tú te hayas ido.
Ella está para avisar, no para pedir permiso.
Esas mujeres no buscan en la pareja a un líder a quien seguir, a un papá que les resuelva la vida ni un hijo a quien rescatar. Ellas no quieren seguirte ni marcarle el camino a nadie, quieren caminar a tu lado.
Ella sabe que la vida libre de violencia es un derecho, no un lujo ni un privilegio.
Ellas expresan enojo, tristeza, alegría y miedo por igual, porque saben que el miedo no las vuelve débiles de la misma forma en que el enojo no las vuelve «masculinas». Esas dos emociones y las demás, todas en conjunto, la vuelven humana. Y ya.
Una mujer inteligente es libre porque ha peleado por su libertad. En un mundo misógino la libertad de una mujer siempre es resultado de una larga batalla.
Pero no es víctima, es sobreviviente. No trates de encadenarla porque ella sabrá como escapar. Recuerda que ya lo ha hecho antes.
La mujer inteligente sabe que su valor no radica en la apariencia de su cuerpo ni en lo que haga con él. Piénsalo dos veces antes de juzgarla por su edad, estatura, volumen o conducta sexual, porque esto es violencia emocional y ella lo sabe.
Así que, antes de abrir la boca para decir que deseas a una mujer inteligente en tu vida, pregúntate si tu realmente estás hecho para encajar en la suya.

SE NOS OLVIDA…

Se nos olvida que la vida
puede acabar en cualquier momento
Se nos olvida decirle a esos que nos importan cuanto les queremos
cuanto significan en nuestra vida..
Se nos olvida que no sabemos
cuál será el último te quiero
ni el último abrazo, ni el último beso..
Se nos olvida que no sabremos cuál será nuestra última foto,
la última sonrisa,ese último poema que escribiremos..
Se nos olvida que nunca sabremos cuál será la ultima canción que escuchemos o si concluiremos la lectura de ese interesante libro.
Se nos olvida sentirnos jóvenes
cada mañana en lugar de fruncir el seño
maldiciendo el pasar del tiempo
Se nos olvida disfrutar lo más sencillo, el brillo del mañanero sol,el trinar de un pájaro,la belleza de una flor..la inocente risa de un niño..
Se nos olvida a que huele la tierra en tardes de lluvia y la nostalgia de saber que ya no caminaremos con aquella musa que inspiró tantos poemas.
Se nos olvida celebrar aquellas noches de juerga que tuvimos con amigos que ya no están.. O la fragancia de aquella piel que cubrimos a besos en insomnes madrugadas de pasión inédita.
Se nos olvida disfrutar cada día, reír sin motivo hasta que nos crean tontos y
aprovechar con todo cada momento.
Se nos olvida que la vida es corta
para perder tiempo mirando atrás, para estar triste o enojado y dejar de dar gracias por cada nuevo amanecer.
Y lo peor sabes que es?
que esos días, horas..minutos que dejamos perder…
Ya jamás regresarán.

Las ventajas de envejecer

Nunca cambiaría a mis increíbles amigos, mi maravillosa vida, mi amada familia, por menos canas o por un vientre más plano.
A medida que crecí, me volví más amable, y menos crítico conmigo mismo. Me convertí en mi propio amigo …
 
No me culpo por comer galletas adicionales, o por no hacer mi cama, o por comprar algo tonto que no necesitaba. Tengo derecho a ser desordenado o extravagante.
 
Vi a muchos queridos amigos abandonar este mundo demasiado pronto, antes de darme cuenta de la gran libertad que conlleva el envejecimiento.
 
¿Quién me culpará, si decido leer o jugar en mi computadora hasta las cuatro en punto y dormir hasta el mediodía?
 
¿Quién me hará feliz de quedarme en la cama o frente al televisor, todo el tiempo que quiera?
 
Bailaré con esos éxitos maravilloos de los años 70’s, 80’s y 90’s, si al mismo tiempo deseo llorar por un amor perdido.. pues lloro…
 
Si quiero, caminaré por la playa en pantalones cortos demasiado estirados sobre un cuerpo ya en declive y me sumergiré en las olas con abandono, a pesar de las miradas penalizadas de otros del jet set. Ellos también envejecerán.
Sé que a veces me olvido de algo, pero creo que hay algunas cosas en la vida que deberían olvidarse. Recuerdo las cosas importantes.
 
Por supuesto, a lo largo de los años, mi corazón se ha roto. Sin embargo, los corazones rotos nos dan fuerza, comprensión y compasión.
Un corazón que nunca ha sufrido es inmaculado y estéril, y nunca conocerá la alegría de ser imperfecto.
Tengo la suerte de haber vivido lo suficiente como para tener lo que queda de mi cabello gris y mi risa juvenil grabada para siempre en los profundos surcos de mi cara.
 
Muchos nunca se rieron, muchos murieron antes de que su cabello se volviese plateado. A medida que se envejece, es más fácil ser positivo. Te importa menos lo que piensan los demás. Yo ya no me cuestiono. Me gané el derecho de estar equivocado.
 
Entonces, para responder a tu pregunta:
Me gusta ser viejo. Me gusta ser la persona en la que me convertí. No viviré para siempre, eso lo se, pero mientras esté aquí, no perderé el tiempo lamentando lo que pudo haber sido y no fué, menos preocupándome por lo que será porque a lo mejor ni lo veo.
 
Y si tengo ganas, comeré postre todos los días.

Me Hubiera Gustado…

A mí también me hubiera gustado que mi primer amor durara toda la vida.
Como esos que encontramos en poemas y canciones..De los que han sido narrados desde siempre,por los que solos se murieron..
Me hubiera gustado que la soledad y el desamor no golpearan tantas veces.
Me hubiera gustado el haber sabido identificar lo que valía la pena y no el dejarme seducir por rojos labios y ojos llenos de tentaciones..
Me hubiera gustado ver cada tarde el sol ponerse,oliendo las fragancias de mi amada,desde un balcón lleno de vivaces golondrinas..
Me hubiera gustado nunca haber lastimado a nadie, y que cuando amé, me hubiesen amado con la misma intensidad y para siempre…Asi como dicen los cuentos;
“hasta que estuviésemos viejitos”.
Pero mi historia, como la de muchas personas y por mil motivos,que como del lugar de La Mancha,no quiero acordarme…No ha sido esa, quizás sin saberlo me esmere en que no lo fuese.
Es quizás otra mi historia,una en que la vida me ha ido mostrando, enseñando…a encontrar felicidad en las cosas que menos esperaba,casi siempre,las más sencillas,las que antes despreciaba impunemente.
No lo sé, ni en realidad intento llegar a saberlo a esta altura de mi vivir,donde todo se mira más simplemente,con más resignación y por tanto con extraña paz.
Me hubiera gustado,envejecer junto a todos mis hijos,mis nietos, mi viejo perro..agarrado de la mano de la que inspiró aquellos intensos poemas y que al final cerraría mis ojos..
Me hubiera gustado que no me tuviesen en cuenta las caídas y que termine siendo,esta mi vida,una de esas en las que Dios se apiada de sus hijos, a pesar de tantos errores y regala un amor tardío,no esperado,que llega cuando ya no se buscaba …Pero más se necesita…
Me hubiera gustado que quizás así concluyese mi vida.
Todavia hay tiempo!!

Maria Teresa Mora Iturralde

La cubana ′′Maria Teresa Mora Iturralde′′ fue una mujer que «destruyó» a todos sus competidores masculinos durante el Campeonato Nacional Cubano en 1922, pero nunca se le permitió competir con hombres a nivel mundial durante esos años. María Teresa es un emblema de una mujer brillante perdida en un deporte de hombre, carente de cualquier desarrollo profesional, o competiciones internacionales que podrían haberle permitido alcanzar su potencial.

Tal vez, en un mundo perfecto, María Teresa habría derrotado a Bobby Fischer y a los campeones rusos del mundo, si ella hubiera tenido la oportunidad, consideremos que también fue la única mujer que golpeó a José Raúl Capablanca, uno de los mejores del mundo, y fundador del ajedrez moderno.

En 1917 American Chess Bulletin publicó un artículo titulado «La Habana tiene otro prodigio» y en 1922, superó todas las expectativas, convirtiéndose en la única mujer que compite y gana el campeonato cubano. Luego solo se le permitió competir en el Campeonato Cubano Femenino de Ajedrez, que dominó entre 1938 a 1960, cuando se retiró.

En 1950, María Teresa fue nombrada la primera mujer latinoamericana en recibir el título de Maestro Internacional de Mujeres. Cuando Capablanca y María Teresa finalmente compitieron entre sí, fue una serie de tres juegos. Ella ganó dos y tuvo un empate para el tercer partido. Fue recordada por haber dicho ′′Ay qué pena, le he ganado!»

Lluvias de Abril

Despuntaba el alba del naciente día, con las primeras tenues luces del sol que, aún soñoliento, comenzaba a asomar su redondo perfil por el horizonte cubano. La mañana se mostraba pálida; las nubes que corrían empujadas por el viento, cargaban en su espumoso cuerpo el agua de un torrente aguacero que prometía bañar toda la Villa. Soplaba el viento en La Habana… y desde mi cuarto, se escuchaban los cocoteros agitándose por el aire que mecía los árboles y las flores en un son que parecía gemir: nunca antes me había detenido a escucharlos como en ese momento. Volví a cerrar mis ojos, arropándome entre las sábanas blancas que traspiraban ese olor sabroso de las ropas secadas a la intemperie preñadas del Caribe: ¡playa y sol, luna y guayaba, mango y jazmines! Y estreché mi almohada escondiendo mi rostro en aquel reposo inseparable de mis sueños infantiles, de aquel refugio fiel de las inquietudes adolescentes que pronto espigaban en una mujer. Quería prolongar mi sueño, pero algunas gotas de llovizna comenzaban a golpear el cristal de la claraboya por donde penetraba la quieta claridad de la mañana, y desde donde alguna noche, ví un aerolito pasar. Me quedé boca arriba, perezosa, mirando el alto techo, mientras escuchaba algunas voces que casi en un susurro provenían de la cocina, acompañadas por el trasteo de los utensilios y el aroma del café y la leche hervida. En ese entorno, escuché el sollozo quedo de mi madre, mientras mi abuela con la dulzura que la caracterizaba, la consolaba y le daba sus mejores consejos; claramente oí la voz grave de mi abuelo cuando dijo en un tono casi ahogado:

—Ya estamos muy viejos y enfermos hija, ¿qué vamos a hacer allá? Seríamos una carga para ustedes que comienzan una nueva vida que no será fácil con cuatro niñas. No, hija,… a tu madre y a mí nos entierran aquí, en Cuba. Ya lo hemos dado todo, hasta donde las fuerzas nos lo han permitido. Ahora les entregamos el mayor sacrificio de amor que Dios nos ha puesto como prueba: esta separación necesaria, pero sólo física, porque siempre estaremos cerca en pensamiento y espíritu; sigan ustedes con la obra de proveer para la familia en este otro camino que les ha deparado el destino.

Se me hizo un nudo en la garganta a punto de llorar, y entonces comprendí que se acercaba la hora de la partida que tanto habíamos deseado, que en unas pocas horas, aquella decisión de abandonar el país, dejaría de ser el tema cotidiano que produce la espera para convertirse en una dura realidad, que dejaríamos atrás las malas experiencias y también lo que hasta ese momento era todo nuestro universo: el hogar, la familia, los amigos, la patria, lo allá vivido, lo allá aprendido, lo querido, nuestra esencia.

Me incorporé de la cama y sentándome al borde, comencé a rodear con mis ojos cada cosa que atesoraba instantes de mi vida, como cuando un ciego recobra la visión y vuelve a ver todo de nuevo, o como el condenado a muerte que intenta retener el último suspiro y recién comienza a apreciar la vida de los años idos. ¿Qué mal tan grave habíamos cometido para recibir tamaña penitencia de abandonarlo todo? ¿Por qué Cuba? ¿Por qué nadie se revelaba contra el sistema opresor que nos estaba destruyendo, y preferíamos irnos con la cabeza gacha? Me invadía la frustración de lo que apenas podía entender debido a la inexperiencia de mis cortos años, y lloré, lloré profundamente, con un sentimiento imperecedero, como si una fuerza punzante socavara mi naturaleza, mi identidad. Una sensación de vacío me dejaba sin respuesta frente a un atolladero de preguntas, con la única salida de un camino que aunque ambiguo, me bendecía al alejarme de un régimen que violaba mis derechos, pero todavía así, con todas las penurias vividas en ese infierno, me entristecía profundamente la partida.

Han pasado muchos años desde entonces… y dicen los que han aprendido mucho de la vida, que del recuerdo no se puede vivir. Pero, ¿cómo se arrancan esas memorias del sentimiento cuando estas viven intrínsecas en tu ser? Yo no vivo de los recuerdos, ellos persisten en vivir en mi existencia colgándose de mi techo y mis paredes a donde quiera que voy, en todo lo que hago y todo lo que soy, surgen con todo su esplendor, colores y sabores, perfumándome con su nostalgia a su llegada, como las que hoy me acompañan en estas lluvias de abril para ser testigos de una época de desesperanza, de angustia y desprendimiento, asimismo, un ejemplo de amor incondicional, de perseverancia y fidelidad hacia el terruño que a pesar de la prolongada lejanía, ya añejada por el tiempo, amén de las espléndidas memorias seguimos amando.

Cada exiliado cubano, no importa la fecha en que partió, es el recuerdo viviente de un adiós que, junto a un incertísimo «hasta pronto» dejó con un beso en la tierra idolatrada, abandonando cosas del alma que en la mayoría de los casos, la ley del tiempo no pudo preservar.

Las lluvias de abril, una vez más, me traen con sus cuaresmales vientos de primavera, el recuerdo del último abrazo que les di a mis entrañables abuelos, y las entrecortadas palabras que me expresaron con profunda tristeza:

—¡Abrázanos fuerte, mi nieta, porque quizá esta sea la última vez que nos veamos!

Memorizo ese instante que me entrega el recuerdo y como antaño, vuelvo a sentir el temblor de sus brazos amorosos cuando me estrechaban contra su pecho, evoco aquellos postreros besos llenos de ternura y el roce de sus mejillas mojadas por las lágrimas que se mezclaban con las mías. Surgen las caras de familiares y amigos en el intento frustrado de disimular la pesadumbre abismal de sus pupilas, que también formaron parte de mi equipaje.

Ya en el avión, mientras me alejaba de mi suelo, recuerdo la mirada que desde la pequeña ventanilla posé por sobre el mapa cubano, y al ver a mi patria desde el cielo como jamás la había contemplado antes, una emoción inefable que estremeció todo mi ser, me invadió como un presagio que sólo logré entender después de cada año vivido en el exilio. Y es que la tierra que nos vio nacer no es culpable de la maldad de sus malos hijos, ella también sufre silenciosa en su desventura, crucificada en su dolor, solamente hay que escuchar sus quejas a través de sus ruinas llenas de angustia.

Cuba se me iba perdiendo en el espacio, y mis pensamientos se atropellaban en la interrogante del regreso, ¿Cuándo…?

Sólo escuché la lluvia de abril que caía copiosa y triste sobre mi Isla y yo, empañando mis ojos y aquella ventanilla por donde la patria se me perdía en un punto verde, por el espacio nublado de mis lágrimas y la distancia.

Dinorah C Rivas.

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