Todos tenemos un secreto inconfesable un arrepentimiento irreversible un sueño inalcanzable y un amor inolvidable. Las mujeres y hombres maduros de ahora hemos llegado a una edad maravillosa en la que emprendemos el camino del desaprendizaje.
Fuimos criados con la creencia de que debíamos ser los mejores en todo mejores estudiantes mejores esposas mejores esposos mejores profesionales mejores madres y padres. Ha llegado la hora del desaprendizaje o lo que mi hijo llama graciosamente importaculismo es decir no me importa nada. Ha llegado la hora de decir no en muchas ocasiones de mandar al carajo los compromisos y las obligaciones.
Ahora nos gusta estar solos, disfrutar buenas conversaciones con gente que no nos molesta y no nos insultan y que cree lo mismo que nosotros o que no le importa que opinemos diferente. Es la hora de hablar de todo sin necesidad de sostenerlo como medio de defensa. Es hora de ver películas, de estar en una finca, de ir a pescar al río durante la semana, de leer, de escuchar, de sonreír y de burlarse de la mayoría de los mortales que viven pendientes de la vida de los demás. Lo que nos queda de vida es para nosotros para disfrutar para cumplir el mandamiento divino de amarnos a nosotros mismos. Por eso vamos hacer lo que queremos y deseamos.
Viajar al máximo con amigas y amigos conversando con todo el que nos encontremos. Ya pasó la época de los roles. Lo que fuimos ahora somos para nosotros mismos sin tener que rendir cuentas a nadie. Los demás seguirán su camino de responsabilidades y de afanes de preocupaciones y nerviosismos. Nosotros ahora estamos por encima del bien y del mal. Vamos a museos asistimos a conferencias y si no nos gusta nos salimos sin que nos importe. Ahora asistimos con mayor frecuencia a entierros y nos damos cuenta de que se aproxima el nuestro pero estamos preparados pues al fin y al cabo ya podemos decir vivimos disfrutamos momentos y etapas excelentes. La vida es para nosotros una profunda experiencia interior lejos de mitos, ritos, limosnas y pecados. No tomaremos en cuenta a la gente que nos molesta o a las personas tóxicas. Quienes nos buscan sin egoísmos van a encontrar una sonrisa una mirada tierna y comprensiva un consejo acertado o no. Somos libres que no le tememos ni a la vida ni a la muerte..